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Mi abuelo y yo. |
viernes, 16 de abril de 2010 |
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Con un conmovedor encuentro generacional, jóvenes , niños y niñas de las Instituciones Educativas del Distrito, aprenden las experiencias y costumbres de los abuelos que hacen parte de los Centros de Vida de la ciudad. |
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Niños, niñas y adultos mayores se unen en un intercambio de experiencias |
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Niños, niñas, jóvenes y adultos mayores de los Centros de Vida del Distrito participaron en una jornada de encuentro intergeneracional, donde se pudieron intercambiar saberes, experiencias y costumbres de cada generación.
Esta jornada hace parte de las actividades que se realizan en este Mes de la Niñez, donde los adultos mayores les cuentan a los niños y niñas las cosas que hacían parte de su cotidianidad cuando ellos también eran niños.
Según Nubia Chams Sanmartín, en esta actividad hay un intercambio de saberes y experiencias que tienen que ver con la forma de educación de los hijos, las costumbres religiosas, con los utensilios que usaban en las viejas épocas y los que se utilizan hoy, los bailes, las rondas y los juegos.
“Adicionalmente, esto permite un encuentro entre los abuelos y los hijos, que han sido previamente sensibilizados frente a lo que son los adultos mayores, en cuanto al respeto y el amor que hay que darse en las familias”, expresa la Funcionaria.
“Esta actividad, denominada Mi Abuelo y Yo, busca rescatar algunas costumbres acentrales que pueden ser provechosas para los jóvenes de hoy día”, puntualiza.
Uno de los niños que participó de la jornada es Jesús Miranda, quien se mostró bastante atento con las historias, anécdotas y experiencias que referían los abuelos.
Él aprendió, por boca de los abuelos, el respeto que se daba cuando ellos tenían su edad, el cual era particularmente primordial para con las personas mayores.
“Los abuelos comentan que cuando tenían nuestra edad, ellos les iban a hacer los mandados a los vecinos y personas mayores, y si no era así, los padres les pegaban”, comenta este niño de tan solo nueve años.
Mientras tanto, los abuelos notaron cómo las costumbres en este tiempo se han perdido. Por ejemplo, Sandra Morales, una adulta mayor que asiste al Centro de Vida de Ricaurte, en el barrio Olaya Herrera, dice que hoy los valores en la sociedad ya no son los mismos.
“Antes, cuando éramos niños, a nosotros cualquier personas adulta, aunque no fuera familiar nuestro, podía mandarnos a hacer algún mandado y nosotros teníamos que ir sin renegar, ahora no. Cuando uno manda a un niño a hacer algo, ellos no obedecen, y hasta nos salen con groserías”, expresa.
Con estas experiencias y costumbres que los chicos han observado de parte de los mayores, se ha abierto un espacio de recapacitación para los que hicieron parte de estas jornadas.
En esta actividad participan las Instituciones Educativas y los Centros de Vida de las tres localidades del Distrito y se extenderá a lo largo del Mes de la Niñez.
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