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Homenaje postumo a insigne pedagogo. |
domingo, 23 de agosto de 2009 |
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| Reviven las enseñanzas del ilustre Maestro Alberto Elías Fernández Baena. |
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El secretario de Educación de Cartagena, Julio Alandete, le entregó a Francisco Fernández un pergamino en homenaje a la memoria de su padre.
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Familiares, ex alumnos y amigos del fallecido maestro Alberto Elías Fernández Baena, tuvieron la oportunidad de recordar las anécdotas y las enseñanzas que les dejó este ilustre pedagogo cartagenero, fundador de uno de los colegios más prestigiosos del país en el siglo XX, el Fernández Baena.
El homenaje póstumo fue organizado por la Alcaldía de Cartagena, en el marco del programa La Escuela es el Centro, que desarrolla la Secretaría de Educación Distrital.
Francisco Fernández, uno de los hijos del reconocido maestro, recordó una de las frases que le dejó su padre y que, según él, marcaron su vida para siempre. “Muchos estudiaron gratis en el colegio, porque él decía que la educación no es para el que puede pagarla, sino para aquel que quiere aprender”.
El evento se realizó en la Casa Mapfre, donde el maestro Fernández Baena, sin ser profesional, dictó en 1933 su primera clase con 108 alumnos, en un tablero improvisado.
El secretario de Educación de Cartagena, Julio Alandete, manifestó que las enseñanzas de este tipo de personajes con espíritu naturalmente pedagógico, merecen ser inmortalizadas. “De alguna forma ha dejado huellas no sólo en sus estudiantes, sino en las siguientes generaciones”, afirmó el funcionario.
Otro de los hijos del homenajeado, Javier Fernández, dijo que siempre admiró a su padre por el amor que tuvo hacía la patria. “Para él, el 20 de julio era una día muy especial, preparaba desfiles con bandas de guerra y otra serie de eventos para conmemorar esa fecha. Siempre creyó que la solución a los problemas sociales del país, era la educación”.
Biografía de Alberto Elías Fernández Baena
Nació el 20 de julio de 1909. Sus padres fueron Don José Ángel Fernández Rincón y Doña Francisca Baena Olier. Contrajo matrimonio muy joven con Doña Olga Bustamante Vergara, también de ascendencia tradicionalmente cartagenera.
Cursó sus estudios de bachillerato (literatura, en aquellos tiempos) en el “Instituto Politécnico Martínez Olier” fundado y dirigido por su pariente, Lázaro María Martínez Olier. No continúo estudios universitarios por haberse consagrado inmediatamente a la enseñanza, que era su verdadera vocación. Pero la sociedad en general, sus colegas y sus alumnos, lo elevaron, con respeto y admiración, a la dignidad del doctorado, con sobrados merecimientos. Para todos era “el doctor Fernández Baena”. Pulcro y elegante, generalmente vestido entero de lino blanco, en sus primeros años de docencia se dejó un mostacho “hitleriano” para aparentar más edad, dada su notoria mocedad.
Era el menor de seis hermanos, casi todos institutores: José Ángel, médico, residenciado en Barranquilla; Julia Teresa, una de las precursoras del “Kindergarten” en Cartagena; Carlos falleció prematuramente; Héctor, consagrado profesor de primaria y, Guillermo, avezado farmaceuta. Además tres de ellos, Julia Teresa, Héctor y Guillermo interpretaban diferentes instrumentos musicales
Sus hijos fueron: Alberto, tempranamente fallecido, quién se hizo cargo del colegio cuando él desapareció; Francisco, “Pacho”, actual propietario de una acreditada entidad educativa y curtido dirigente deportivo internacional; Javier, Arquitecto residente en Estados Unidos de norte América; Gladis y Olga. En sus últimos años descolló como activo rotario y promovió, desde su colegio, recordadas gestas cívicas y deportivas. Un fulminante infarto cardíaco detuvo su inmenso corazón, falleciendo el 23 de agosto de 1970, recién cumplidos los 61 años.
SOBRE EL COLEGIO.
El 4 de enero de 1933, cuando apenas tenía 24 años, funda su propio colegio, al cual bautiza con sus apellidos, “Fernández Baena”, constante de tres cursos de preparatoria y cuatro de filosofía y letras (bachillerato), cuya sede, durante su primer año de existencia, fue la vieja casona de la esquina de las calles de la Inquisición con Santa Teresa.
Comenzó con 108 alumnos, 18 de ellos internos, y 8 profesores; entre los cuales se destaca Antonio M. Zapata, Bolívar Franco Domínguez, Rafael Orozco M., Santiago Caballero Paternita y Esaú Conde Ribón.
Para 1934 se traslada a una sede más amplia en la calle del Cuartel, en la casa donde nació y vivió el mártir de la independencia Manuel Rodríguez Torices, actualmente ocupada por la Universidad de Cartagena. Para esa época ya contaba con 173 alumnos y toda la estructura educativa requerida.
En 1938, se graduaron los primeros bachilleres: José Joaquín Prada Caballero, Milton Torres y Benjamín Baena, lo que constituyó un sonado acontecimiento académico en la ciudad.
Adquirió a precios módicos varias hectáreas de tierra, situadas en una fresca y hermosa colina del barrio “El Bosque”, cuando ese sector se encontraba aún despoblado, con el fin de construir allí sus propios edificios escolares. Desde 1948 trasladó el colegio a ese lugar y aún se encuentra funcionando allí.
El colegio se hizo famoso en la ciudad en el campo deportivo y militar. Sus estudiantes ganaron en varias ocasiones tornes locales de basquetbol y para la ceremonia del 20 de julio preparaban un colorido y armónico desfile.
Nota: La biografía fue tomada del libro CARTAGENA DE INDIAS, RELATOS DE LA VIDA COTIDIANA Y OTRAS HISTORIAS, cuyo autor es el abogado Rafael Ballestas Morales, rector de la Universidad Libre de Cartagena.
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