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Donación de silla de ruedas. |
miércoles, 22 de julio de 2009 |
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Heliodoro volverá a recorrer, como en los viejos tiempos, las calles de su barrio en la nueva silla de ruedas donada por la Alcaldía de la Calle y el DADIS.
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| Con 81 años, Heliodoro Zarco Roodriguezdeseaba volver a salir y disfrutar en las calles de su barrio, de la alegría que siempre le han manifestado sus vecino |
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Heliodoro Zarco Rodríguez volverá a recorrer desde hoy las calles del barrio Chino en su nuevo “caballito de acero”.
“El chino,” como es conocido en su sector, es oriundo del Urabá antioqueño y toda su vida se dedicó a pintar fachadas de casas, arte, que como él llama, lo ayudó a conocer y disfrutar de muchos barrios, desde el norte hasta el sur de la ciudad, durante los 40 años que lo ejerció.
Con 81 años, Eliodoro deseaba volver a salir y disfrutar en las calles de su barrio, de la alegría que siempre le han manifestado sus vecinos. Esta nueva oportunidad de su vida la obtuvo gracias a la donación de una silla de ruedas, que tanto soñó y que ahora, como sus familiares lo dicen, es como un caballito de acero para disfrutar de los paisajes.
“Con la llegada de esta silla de ruedas, realmente vuelvo a nacer; yo pasaba todos los días encerrado en la casa y no podía salir porque estaba en una silla de madera, ahora podré volver a salir con mi esposa por el barrio y disfrutar de un buen helado”, aseguró el Chino.
Esta silla de ruedas fue entregada por la Alcaldía de Cartagena, por medio del la Alcaldía de la Calle y el Departamento Administrativo de Salud Distrital, Dadis.
Carlos José Crismatt, Alcalde de la Calle, aseguró que antes de entregar la silla de ruedas, el Dadis le realizó una serie de pruebas físicas que dieron como resultado que con un buen tratamiento hay posibilidades que Eliodoro vuelva a caminar.
Enrique Mazeneth Granados, director de Salud Pública del Dadis, dijo que su equipo médico estará disponible para brindarle atención oportuna y ayudar en la rehabilitación que necesite “El Chino”.
Su mujer, María Helena Buelvas no cabía de la dicha con la sonrisa que tenía Heliodoro, “hace mucho no lo veía así. Desde hace cuatro años no puede caminar, pero ahora volverá a movilizarse tranquilo y feliz”, aseguró Buelvas quien es vendedora de pareos y gorras cerca al Castillo San Felipe.
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